giovedì 15 maggio 2014

"Ver, oir y callar" en El Salvador

Lunes, 12 Mayo 2014
Oscar Martínez Peñate (*)
La frase célebre “ver, oír y callar”,es una norma en El Salvador y su transgresión es castigada con la muerte, tortura, paliza, despido, marginación social, emigración, violación, amenaza, control de la vida privada, extorsión, demanda por calumnia o difamación, expulsión del lugar de residencia, represalias contra la familia, ser utilizado para cometer un ilícito, etc.

VER
Una casa destroyer.
Asesinatos a plena luz del día.
Irrespeto a las señales de tránsito.
Violaciones a los derechos laborales.
Delincuentes que realizan extorsiones.
Jóvenes que se prostituyen en las calles.
El abuso, maltrato y violencia intrafamiliar.
La falta de medicina en la red hospitalaria pública.
Contaminación y depredación del medio ambiente.
Enfermos mentales que deambulan en la vía pública.
Niños y niñas que son asesinados por la delincuencia.
Ancianos desamparados que viven en la intemperie.
Niños abandonados que mendigan en los altos de los semáforos.
Ladrones que roban en las paradas y al interior de los autobuses.
Al sistema bancario y empresas de telefonía practicar la usura y el hurto.
Casas donde habitan miembros de bandas de ladroneso narcotraficantes.
El blindaje de los miembros de la oligarquía y la vulnerabilidad de los pobres.
A los diputados despilfarrar los recursos del Estado en viajes y en exquisiteces culinarias.
Corrupción, abuso de autoridad y acoso sexual en las instituciones del Estado, en la empresa privada y en los centros educativos.
Emigrar a familiares, amigos y vecinos en calidad de ilegales hacia los Estados Unidos de América, en busca de un sueño por la pesadilla que viven.
OIR
A los diputados hablar de ética y moralidad.
Las campañas políticas y sus promesas falsas.
A los programas vulgares de radio y televisión.
Al Fiscal General de la República hablar de justicia.
A los pastores y sacerdotes predicar sobre la pobreza.
A los dirigentes de las bandas delincuenciales hablar de paz.
A los miembros de la oligarquía hablar de honestidad y equidad.
A José Escobar Alas arzobispo de San Salvador hablar de respeto.
A los analistas hablar incoherencias en los medios de comunicación.
El endeudamiento creciente del país y la renuencia de realizar una reforma tributaria.
A los dirigentes políticos y en particular a los del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), hablar de democracia y honradez.
A los miembros de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), y a los miembros de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) hablar de moralidad y de libertad.
CALLAR
Con:
Noticias amarillistas.
Cortinas de humo e indiferencia.
Los pronósticos meteorológicos.
Comentarios sobre el fútbol europeo.
Noticias de los personajes de la farándula internacional.
El análisis de telenovelas y de películas hollywoodenses.
La comunicación por teléfonos, chat, mensajes y videojuegos.
El abordaje de la religión desde diferentes sectas, congregaciones y denominaciones.
Ante la impotencia de hacer algo, por temor a perder familiares, empleos y posición, los salvadoreños no ven, no oyen yprefieren callar; se ha caído en un mutismo colectivo


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