"Ver, oir y callar" en El Salvador
- Lunes, 12 Mayo 2014
Oscar
Martínez Peñate (*)
La
frase célebre “ver, oír y callar”,es una norma en El Salvador
y su transgresión es castigada con la muerte, tortura, paliza,
despido, marginación social, emigración, violación, amenaza,
control de la vida privada, extorsión, demanda por calumnia o
difamación, expulsión del lugar de residencia, represalias contra
la familia, ser utilizado para cometer un ilícito, etc.
VER
Una
casa destroyer.
Asesinatos
a plena luz del día.
Irrespeto
a las señales de tránsito.
Violaciones
a los derechos laborales.
Delincuentes
que realizan extorsiones.
Jóvenes
que se prostituyen en las calles.
El
abuso, maltrato y violencia intrafamiliar.
La
falta de medicina en la red hospitalaria pública.
Contaminación
y depredación del medio ambiente.
Enfermos
mentales que deambulan en la vía pública.
Niños
y niñas que son asesinados por la delincuencia.
Ancianos
desamparados que viven en la intemperie.
Niños
abandonados que mendigan en los altos de los semáforos.
Ladrones
que roban en las paradas y al interior de los autobuses.
Al
sistema bancario y empresas de telefonía practicar la usura y el
hurto.
Casas
donde habitan miembros de bandas de ladroneso narcotraficantes.
El
blindaje de los miembros de la oligarquía y la vulnerabilidad de
los pobres.
A
los diputados despilfarrar los recursos del Estado en viajes y en
exquisiteces culinarias.
Corrupción,
abuso de autoridad y acoso sexual en las instituciones del Estado,
en la empresa privada y en los centros educativos.
Emigrar
a familiares, amigos y vecinos en calidad de ilegales hacia los
Estados Unidos de América, en busca de un sueño por la pesadilla
que viven.
OIR
A
los diputados hablar de ética y moralidad.
Las
campañas políticas y sus promesas falsas.
A
los programas vulgares de radio y televisión.
Al
Fiscal General de la República hablar de justicia.
A
los pastores y sacerdotes predicar sobre la pobreza.
A
los dirigentes de las bandas delincuenciales hablar de paz.
A
los miembros de la oligarquía hablar de honestidad y equidad.
A
José Escobar Alas arzobispo de San Salvador hablar de respeto.
A
los analistas hablar incoherencias en los medios de comunicación.
El
endeudamiento creciente del país y la renuencia de realizar una
reforma tributaria.
A
los dirigentes políticos y en particular a los del partido Alianza
Republicana Nacionalista (ARENA), hablar de democracia y honradez.
A
los miembros de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo
Económico y Social (FUSADES), y a los miembros de la Asociación
Nacional de la Empresa Privada (ANEP) hablar de moralidad y de
libertad.
CALLAR
Con:
Noticias
amarillistas.
Cortinas
de humo e indiferencia.
Los
pronósticos meteorológicos.
Comentarios
sobre el fútbol europeo.
Noticias
de los personajes de la farándula internacional.
El
análisis de telenovelas y de películas hollywoodenses.
La
comunicación por teléfonos, chat, mensajes y videojuegos.
El
abordaje de la religión desde diferentes sectas, congregaciones y
denominaciones.
Ante
la impotencia de hacer algo, por temor a perder familiares, empleos
y posición, los salvadoreños no ven, no oyen yprefieren callar; se
ha caído en un mutismo colectivo
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